El mejor alumno

Volvió Artime y no le alcanzó el tiempo para demostrar que es el mejor alumno de Guiñazú.

Analicemos un poco, empezando con una declaración cortita (gracias El Retrato de Hoy):

En este sentido, señaló que «es un sistema que nadie había pedido, que no estaba en los planes en este momento y, lo más grave de todo, es que nadie de este bloque de la oposición ha explicado hoy cómo se financia».

El sistema de tarjetas de aproximación ha sido pedido por mucha gente: en este blog las venimos pidiendo hace mas de dos años, también las han pedido muchos y hasta los transportistas han hecho lo propio.

Si estar hace mas de dos años viendo como hacer para que no instalen las monederas y nos trasladen al medioevo implica que tampoco sea el tiempo de avanzar, lo de Artime ya es demasiado sospechoso y hasta se podría llegar a pensar que algo tiene que ver en el asunto. Por ahi, Katz no fue el único que se manejé con guiños.

Y la financiación ya sabe que hay que ir a buscarla al S.U.B.E., en el mejor de los casos, o poner los números del transporte arriba de la mesa y exigirles que hagan la inversión que corresponde a prorratear en 10 años, como lo marca la ordenanza que los obliga. Lo que me cuesta entender es por qué no van ellos ni los transportistas al S.U.B.E. ¿acaso muerden en esa oficina?

No necesitamos que venga Artime a decirnos «Lo que están haciendo es que esto lo financien los trabajadores, las amas de casa y los estudiantes y no estamos dispuestos a que por un invento, por un apresuramiento de imponer ya esa tecnología, la terminen financiando los vecinos que viajan en colectivo». Eso ya lo sabemos, porque financiamos desde la compra de cada colectivo hasta cada mentira que su mercenario mediático vocero oficial dice.

Artime no tiene problemas en que la salud también la financien los trabajadores, las amas de casa y los estudiantes con una sobretasa municipal. Ni que los vecinos tengan que pagar por unas luces en su cuadra mas que si las compraran en un mostrador a precio minorista y llamaran a un electricista para colocarlas.

Les agradecemos enormemente, eso si, la intención y el empeño en no aumentar el boleto. Ahora.
Nos hubiera gustado ver ese mismo empeño en ocasión de los últimos aumentos que si autorizaron aun a sabiendas que el precio establecido está 30% por encima del que debería ser.
Me gustaría ver tanta emoción y dedicación contra una ordenanza cuando esta perjudica a los vecinos, como la excepción de Tejedor 50. Ah, no, claro, en este caso, el sapo se lo tuvieron que tragar y no decir nada por haberlo negociado por la aprobación del «embellecimiento del paseo costero».

Bueh, en fin, que quieren que les diga. Artime día tras día demuestra su pasión en convertirse en el mejor alumno de Guiñazú.